Enfermedad del ‘niño abofeteado’ o eritema infeccioso: qué es y cómo tratarla

Eritema infeccioso

Uno de los rasgos más característicos del eritema infeccioso es la aparición de una irritación intensa en ambas mejillas.El eritema infeccioso, también conocido como megaloeritema, es una infección clínica causada por el parvovirus humano B19 y que afecta a los glóbulos rojos. Uno de los rasgos más característicos de la infección es la aparición de un exantema o irritación intensa en ambas mejillas. Por esa razón, también se le conoce coloquialmente como síndrome del niño abofeteado.

El eritema infeccioso se suele presentar en niños de entre 5 y 15 años, un grupo poblacional que representa el 70% de los casos. Durante muchos años se consideró una enfermedad eruptiva de escasa trascendencia. Sin embargo, estudios recientes analizan su relación con determinadas complicaciones en adultos.

Gonzalo Galicia, doctor especialista en digestivo infantil del Hospital Universitario de Guadalajara y profesor asociado en la Universidad de Alcalá, explica a CuídatePlus que el eritema infeccioso se transmite exclusivamente entre humanos. Algo que, desde su punto de vista, ocurre con el contacto con secreciones respiratorias, sangre o hemoderivados.

María García-Onieva, pediatra de atención primaria y secretaria del Comité Ejecutivo de la Asociación Española de Pediatría (AEP), asegura que esta infección es bastante frecuente, sobre todo en la primavera. “Se trata de una enfermedad benigna propia de los niños y que suele cursar con normalidad salvo algunas excepciones”, entre las que se encuentran los pacientes con problemas hematológicos o inmunodeprimidos, a los que hay que realizar un seguimiento exhaustivo. 

Cómo se manifiesta

La enfermedad comienza con la aparición de fiebre, rinitis, cefalea, náuseas o mialgias. Estos síntomas suelen tener una duración de entre 7 y 10 días. Posteriormente, aparece una erupción facial. “Se observan manchas rosadas o rojizas en la piel que tienen forma de red y son bastante grandes. Es uno de los rasgos más característicos para identificar esta infección”, comenta García-Onieva. 

A menudo, son manchas que causan picor. Aparecen en el tronco y se desplazan hacia la periferia para afectar brazos, nalgas y muslos. La mayoría de los pacientes resuelven los síntomas en una o dos semanas, aunque se ha llegado a documentar persistencia de síntomas leves incluso durante algunos meses. 

En cuanto al periodo de incubación, el especialista del Hospital de Guadalajara explica que suele oscilar entre los 5 y los 14 días “aunque a veces se prolonga hasta 21 días. En este periodo, si se produce el contagio, se experimentará una fase de viremia donde el huésped se convierte en elemento altamente contagioso”. 

La portavoz de la AEP aclara que “el paciente contagia cuando está incubando la infección y no cuando han salido las lesiones, es decir, una vez que ya ha aparecido el exantema, el paciente no es contagioso. De modo que pierde sentido mantener al paciente aislado”.

Niños, adolescentes y adultos: ¿diferencias?

La manifestación clínica varía mínimamente en niños con respecto a personas adultas o adolescentes. En el primer caso, el rasgo más característico son las erupciones en la piel. Sin embargo, los adultos y adolescentes suelen mostrar inflamación de las articulaciones acompañados de una leve sensación de dolor y mayor cansancio. Además, García-Onieva apunta: “Suelen durar más los síntomas en los adolescentes que en los niños”. 

Gonzalo Galicia, también miembro de la junta directiva de la Sociedad de Pediatría de Madrid y Castilla la Mancha (SPMyCM), revela algunos datos interesantes: “En personas inmunocompetentes, el 25% pasará la infección de modo asintomático, un 50% presentará síntomas inespecíficos (fiebre, mialgias, cefalea, rinitis y malestar general) y otro 25% experimentará manifestaciones cutáneas (algo más frecuente en niños) y/o articulares (más frecuentes en adolescentes y adultos)”. 

En el caso de que la infección por parvovirus B19 se complique, se puede producir aplasia transitoria, con descenso del recuento de células sanguíneas. Aunque, como advierte Galicia, “se trata de una situación menos habitual”. En general, sintetiza García-Onieva, es una enfermedad leve que no suele presentar complicaciones salvo las excepciones anteriormente comentadas: aquellas personas que cuentan con problemas hematológicos de base o personas inmunodeprimidas. En estos casos, el eritema infeccioso puede mostrar formas más graves.

Por otra parte, cuando aparece durante el embarazo puede provocar infección en el feto y “llegar a tener consecuencias fatales, como aborto espontáneo”, tal y como indica el pediatra del Hospital de Guadalajara.

Tratamiento

Ambos especialistas recalcan que el tratamiento del eritema infeccioso es sintomático y se resuelve con la administración de analgésicos o antinflamatorios en caso de aparición de dolor articular. “Si el exantema es pruriginoso o presenta picores, se deberá tratar con antihistamínicos”, indica la pediatra de Atención Primaria.

Los cambios ambientales, de temperatura o de exposición a la luz solar, pueden afectar a estas erupciones cutáneas y potenciar su intensidad. Por esa razón, García-Onieva formula evitar la exposición solar como medida para que no aumente el enrojecimiento de las mejillas.

En cuanto a la prevención, Galicia apunta que la forma de evitar el contagio del eritema infeccioso no es otro que seguir de forma rigurosa medidas higiénicas de un modo similar a las que se están aplicando actualmente para el control de la transmisión por coronavirus: lavado de manos, distancia social y evitar compartir utensilios y mascarillas en el paciente infectado para evitar que las partículas respiratorias se diseminen mediante la tos, el estornudo o al hablar

Aunque García-Onieva reconoce que esto es complicado en el caso de los más pequeños. “Normalmente la enfermedad se detecta cuando aparece el enrojecimiento de la piel y en ese momento ya no se transmite”. Ésta añade además que se trata de una patología para la que no hay vacuna, y que una vez que se pasa es difícil volver a contagiarse, como ocurre con la varicela o el sarampión.

Categoría: SALUD Sábado 15 de Mayo del 2021